Un ejemplo de una herramienta de laboratorio especial es una balanza analítica, que los científicos utilizan en los laboratorios para medir el peso de diversos objetos con un alto grado de precisión.
En este caso, hay que asegurarse de que la balanza esté en su punto correcto; esto también se aplica a las balanzas analíticas que utilizan los científicos y que deben comprobarse con frecuencia. Calibrar significa asegurarse de que hemos ajustado la balanza correctamente.
En el laboratorio, los científicos pesan diversos elementos, como polvos, líquidos o cristales diminutos, en una balanza analítica. Esto les permite realizar cálculos precisos y mezclar las cantidades adecuadas de cada uno.
Las balanzas analíticas tienen sensores que detectan cuánta fuerza ejerce un objeto sobre la plataforma cuando se coloca un objeto sobre ella. Esta fuerza se convierte luego en un peso que se muestra en la pantalla.
La balanza analítica debe manipularse siguiendo algunas reglas sencillas. En primer lugar, asegúrese de que la balanza se encuentre sobre una superficie estable, como una mesa, y que esté alejada de cualquier cosa que se mueva o se mueva.